¿Qué es la discapacidad auditiva?
La discapacidad auditiva se produce por un déficit total (sordera) o parcial (hipoacusia) de la audición y puede ser de carácter congénito (desde el nacimiento) o adquirido.
¿Qué barreras y adversidades se encuentran estas personas?
Son numerosos los problemas que estas personas identifican en su día a día, especialmente el hecho de encontrarse con no poder escuchar adecuadamente, y por ende, comprender a otras personas con facilidad.
Además, les cuesta disfrutar en entornos concurridos o con mucha variedad de sonidos puesto que se distorsiona la información que reciben.
A pesar de que su problemática en principio pueda no resultar grave, el hecho de perder capacidad comunicativa por los motivos mencionados anteriormente, y derivarse en reducciones en su interacción social, genera en la persona sentimientos de tristeza, desmotivación, malestar…
Por otro lado, en los casos más severos, un gran obstáculo, es el no encontrar personas que conozcan el lenguaje de signos y que ayuden a una mejor comunicación y a su vez, faciliten su integración en todos los ámbitos de la vida.
A modo resumen:
Con todo ello, y enfocándolo a posibles alteraciones de salud mental, se puede decir que tanto las personas que van perdiendo audición de forma progresiva, como las que padecen pérdida total de audición desde el nacimiento, independientemente de las causas que la provoquen, denotan alteraciones de tipo emocional y social.
Una persona sorda puede hacer cualquier cosa igual que un oyente, excepto oír (King Jordan)
Conclusiones y reflexión final
Desde mi punto de vista, creo fundamental que los profesionales de ámbitos relacionados con la discapacidad conozcamos una forma de comunicación alternativa al lenguaje verbal por excelencia.
Además de aprender a utilizar diferentes formas de gestionar y afrontar este tipo de alteraciones psicológicas, para poder conseguir una inclusión total de estas personas y poder proporcionarles la ayuda y/o asesoramiento necesario cuando así lo requieran.
Dato de interés a modo de visibilización
Hace un tiempo pude leer en prensa que en Castilla y León se barajaba la idea de dotar de una prestación para que las personas que pertenezcan a este colectivo puedan optar a unos servicios específicos.
Éstas mejorarían su integración en actividades de ocio y tiempo libre y favorecerían su participación.
Sirviendo como ejemplo, el disponer de intérpretes de lengua de signos en dichas actividades, consiguiendo así equiparar el disfrute del resto de personas que las realicen al suyo.
Las personas con discapacidad auditiva, como decía en párrafos anteriores, ven su interacción social y su disfrute en actividades de ocio limitadas.
¿Qué podríamos hacer para mejorar?
Por eso, me parece una iniciativa digna de aprobar y extender a otras comunidades (en el caso de no existir) y la cuál sería interesante aplicar en otros ámbitos como el empleo y/o la educación.
Hoy día y a pesar de la visibilización de este colectivo en particular, aún son muchas las personas que desconocemos y carecemos de recursos adecuados para poder mantener una buena comunicación con personas con este tipo de discapacidad.
Sería imprescindible poder adquirirlos de forma urgente para conseguir así una normalización e inclusión real en nuestra sociedad.
Agradecimiento
Con todo esto, aprovecho para agradecer a las asociaciones de personas pertenecientes a este colectivo en particular,
Por toda la formación y orientación que ofrecen y animo a todas las personas a interesarse por ello, para poco apoco conseguir un mundo más inclusivo.
La sordera es más que un diagnóstico médico; es un fenómeno cultural en que se unen inseparablemente, pautas y problemas sociales, emotivos y lingüísticos.
Hilde Schlesinger, Kathryn Meadow)
